La cultura de los castros
Durante la Edad del Hierro, las novedades incorporadas en el Bronce Atlántico posibilitarán que las comunidades del noroeste se establezcan de forma estable en poblados. Reciben el nombre de castros, y en ellos se configura una cultura propia denominada Cultura Castreña (600 a.C. a siglo I d.C).
 | | Fusayola del Castro de Vigo | En un primer momento el poblamiento castreño evolucionará aisladamente a excepción del litoral, donde se mantendrán contactos con los comerciantes fenicios y cartagineses.
A mediados del siglo II a. C. se empieza a detectar una progresiva romanización del noroeste, que comienza por los asentamientos costeros del litoral sur. El dominio se establece respetando a las poblaciones autóctonas en aquellos aspectos no molestos para el Imperio. Las élites castreñas, más jerarquizadas, serán potenciadas desde Roma como elementos de control.
Esta etapa es, contradictoriamente, la de mayor esplendor de la Cultura Castreña: la orfebrería, la plástica en piedra (esculturas de guerreros galaicos y arquitectónica)... tienen, su base en las etapas anteriores pero alcanzan su mayor desarrollo en esta etapa. Junto a ellas, las novedades de la influencia romana (organización en barrios, defensas monumentales en los poblados), que vuelven a ser más acusadas y precoces en la costa y en el sur del noroeste.
En el Museo
Existe un amplio repertorio de objectos pertenecientes a todas las fases de la Cultura Castreña procedentes de un gran número de asentamientos y que documentan los diferentes aspectos de la vida cotidiana de sus pobladores. Algunos de estos objectos presentan singularidades que los convierten en un referente tipológico o documental.
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